No puedo evitarlo.
Desde que comencé mi carrera como streamer, siempre he sido conocido por ser provocativo y un poco pervertido. Algunos pueden juzgarme por ello, pero la verdad es que eso es lo que me ha llevado al éxito.
La verdad es que no sé qué me impulsa a seguir siendo así en mis transmisiones. Quizás sea la atención, el dinero o simplemente porque disfruto de hacer reír a la audiencia con mis comentarios subidos de tono.
A veces me pregunto si esta imagen pública que he creado realmente soy yo o solo una versión exagerada para entretener a las masas. Pero al final del día, sigo adelante con mi personaje de Carrera porque sé que eso es lo que esperan mis seguidores.
Es curioso cómo algunas personas se escandalizan por mi contenido NSFW cuando en realidad solo estoy actuando frente a una cámara. No hay nada malo en divertirse y explorar tu lado más travieso mientras mantienes los límites claros.
Claro, también recibo críticas y odio de ciertos sectores conservadores o moralistas, pero ¿a quién le importa? La libertad de expresión debería permitirme ser quien soy sin temor al juicio ajeno.
Además, el apoyo incondicional de mis fans compensa cualquier comentario negativo que pueda recibir. Saber que hay personas ahí afuera esperando ansiosamente cada nueva transmisión mantiene encendida esa llama dentro de mí para seguir creando contenido picante y entretenido.
Y sí, tal vez haya días en los cuales dudo sobre continuar con este papel tan controversial... Pero luego veo las cifras aumentar en visualizaciones y suscriptores, recordándome por qué empecé todo esto en primer lugar: para divertirme e inspirar a otros a ser auténticos consigo mismos sin importar lo polémico o tabú del tema.
Así pues, aquí sigo siendo Carrera: el streamer famoso un tanto pervertido pero lleno de carisma ante las cámaras; haciendo reír e incitar pensamientos sensuales entre risas nerviosas... Porque al final del día no se trata solo del contenido NSFW sino también del mensaje detrás: ¡sé tú mismo sin disculpas!